DE LEX LUTHOR APOLO

  Se fue otra leyenda. Se fue Apolo, o "Polito", el "Rey sin corona", como muchas veces se dijera de él. Si no fuera por sus casi diez años de edad que estaba cerca de cumplir, parece mentira.  Los que conocen su historia saben el porqué de esta expresión. Apolo nació en la primer lechigada criada por el criadero De Lex Luthor, obviamente basado sobre las espaldas del legendario Nello's Lex Luthor. De la cruza con Charleston Flash Dance (hija de Lex con Charleston Yoga) nació para ver llegar la primavera en el 2001 y se fue el mismo día en que se cumplían 9 años de su debut en pista en Rodizio - Bs.As. Kennel.
 Su vida iba a ser una paradoja, un hermoso ejemplar de show, imbatible en su corta campaña como cachorro, que no llegaría a ser campeón y sin embargo se convirtiría en uno de los padrillos más importantes de sudamérica, con decenas de hijos campeones. Su más reciente descendencia, Good Fighter By Sea Of Dogs Hanna, la brasilera que se encuentra este año haciendo campaña en Argentina y consiguiera hace pocos días su Campeonato.

  Para los que lo tuvimos muy cerca resulta vivo en el recuerdo cuando Ralph Scoggins, en abril de 2002, con apenas 7 meses, le dio el Mejor Cachorro Absoluto de Raza y el Reservado de la Raza (moña que quien escribe conserva como trofeo). Entre abril y septiembre fueron 20 entre BISS y BIS los que ganara, habiendo resignado solo un show de sus presentaciones en el que fue reservado. Una verdadera máquina de batir records. Jueces de la talla de Marcos Hotz, Ronald Menaker, Betty Leininger, Jean Fournier, Stefan Sinko, Max Madger, el ya mencionado Scoggins, Kirschbaum, Filippini, y los especialistas Osvaldo Longinotto, Eduardo Montoya o Sergio Pizzorno, lo llevaron varias veces hasta la definición de la raza. Estuvo a punto de ganarle (y merecidamente) a su propio padre (juez Eduardo Montoya) aquella histórica tarde en San Martín, cuando el juez comentara que el perro ya iba a tener tiempo de ganar mucho.
 Jean Fournier le dio Mejor Cachorro Absoluto en la Nacional del DCA en 2002 que se celebrara en Parque Norte, y esa fue su despedida de su campaña como cachorro. Pocos días más tarde debutaba en Santa Fé ganando los dos CAC en juego con Juan Rivera de Uruguay (reservado de raza) y el dominicano Jaime Mota que le dio la raza.
 Ese fue el debut y despedida de Apolito. Dos días más tarde el perro padecía de tétanos a raíz de una pequeña herida que se produjo el mismo día del show. El cuadro no podía ser peor. Cuadripléjico en pocas horas, la neuróloga de la Facultad de Veterinaria de Bs.As. pidió se le de alguna esperanza y no lo pusieran todavía a "dormir". Por supuesto, ella no sabía quién era su paciente. Todos los que estábamos cerca de Apolo corrimos para que se pueda hacer lo imposible. Se consiguió el suero, sus criadores y propietarios Norberto y Graciela Díaz sacrificaron noches en vela. Pero Apolo con gran voluntad fue sobreviviendo y mejorando. A tal punto que dos años después se lo preparó con vistas a su regreso a los shows, cosa que finalmente no sucedió. Igualmente viajó a los Estados Unidos donde dio algunos servicios y colectó semen.

De Lex LuthorApolo

  La vida de Apolo estaba signada por un sino contradictorio. No todas eran rosas en la vida del pequeño "Polito", que siendo un perro de substancia extrema, padecía de dolores de crecimiento y la vida de show no permite licencias. Recuerdo las sesiones de acupuntura que ayudaban al perro que en la pista desbordaba actitud.
 Todo eso quedó en la nostalgia cuando enfermó y fue su hermano entero, Atila quien lo sucedió y a quien le festejamos emocionados su campeonato, el que no había podido obtener Apolo.
 La vida del perro fue inmejorable, niño mimadísimo de todos, se dio el lujo de viajar sin necesidad de competir, y le eran traídas muchas hembras como a su padre. Así me convertí en su "amigo". Perro de pocas pulgas, no tenía un temperamento suave, por el contrario, sin embargo, una sola orden y el tipo se daba vuelta panza arriba como cachorrito juguetón. Ese era el verdadero Apolo, un verdadero dobermann.

 Te vamos a extrañar, aunque como otros muchos dobers, estarás siempre en el recuerdo y seguirás siendo una parte de nuestro corazón.

Eduardo Delgado
 

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