WIZARD DE AKIDO SAN
La página más
triste, la que nunca quisiéramos escribir, pero que es parte de los
cinófilos y más importante aún que los resultados del último show.
En esta página despedimos en un humilde homenaje a quienes nos han
acompañado en los shows o han tenido un recorrido por la vida de
importancia para la raza. Hoy despedimos a un grande, el Ch. Wizard
de Akido San, quien se fue repentinamente este sábado 24 de
Septiembre. Había nacido a finales del 2004, un 04 de Diciembre,
hijo de los campeones Kevin y Fantastic Force. Sus padres ya tenían
su historia bien ganada por aquellos días. Era la primera cría
de aquella bella ganadora de un Top20 en Argentina.
Wizard, como todos los grandes ganadores, despertaba comentarios encontrados, donde, como de costumbre, el mayor defecto que se encontraba era que no era propiedad de uno. Pero Wizard tenía sus propias y particulares características, las que lo llevaron de la mano de Miguel Vera a una intensa y basta campaña recompensada por una sucesión de logros importantísimos. Esto luego se vio reflejado en su campaña en Brasil de la mano de Zuca y Tuta, donde revalidó en el 2008 y 2009 sus antecedentes. Estas características a las que hago referencia, alguna vez las expliqué trazando comparaciones gráficas. Wizard me recordaba a aquel Campeón Mundial de Box de los '70, Nicolino Locche. Cuando Locche logró su campeonato mundial comenzaron a aparecer algunas críticas de la afición e incluso de periodistas deportivos. Claro, Nico no era un Monzón que te destruía, no era un Bonavena, bravucón que te llevaba por delante a matar o morir, tampoco era un Acavallo que aguantaba todo de pie y más. Era distinto, hacía lo que tenía que hacer, jugaba el juego. Su fuerte estaba en el equilibrio. No dejarse tocar y pegar lo justo para ganar era su estilo. Nadie interpretó como él el boxeo e hizo suyas aquellas enseñanzas de grandes de otras disciplinas como Fangio que pregonaba: "No gana el que corre más rápido, sino el que menos frena." En ciclismo se los llama pasistas, arrancan, se mantienen y llegan al mismo ritmo, sin altibajos. Y en esas imágenes literarias podemos encuadrar a Wizard, el Locche del dobermanismo, un pasista. Ningún juez podía bajarle puntos porque tenía todo en su lugar, un perro que desmenuzado no ofrecía puntos flojos, incluso su temperamento. El éxito de la moderación.
Lo recuerdo personalmente en la Nacional de Brasil del 2009, donde lo vi pleno físicamente, maduro e imponente, de la mano de Tuta, ganando entre los Grandes Campeones. Fue la última vez que tuve oportunidad de disfrutarlo en pista y me quedo con dos imágenes, ésa y la de la vuelta olímpica en Costa Salguero al lograr el Perro del año de Argentina en diciembre de 2007, nueve años después que el anterior dobermann hiciera lo propio, y ése era su doble abuelo.
Atrás quedaron los días de
gloria que ya no podrán ser borrados, y tantas anécdotas como aquel
cambio de planes en su campaña a comienzos del 2007 al que obligó a
sus expositores, aquella incursión histórica y premonitoria para
otros dobermanns en la Copa Eukanuba, aquella jueza que perdió la
oportunidad de tomarse una foto con un perro top, aquella sorpresa
para algunos cuando Murray lo colocó por sobre todos los demás
Grandes Campeones...
Eduardo Delgado |
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